Dolores Reina

Dolores Reina
"... Y mientras ella duerme, Dolores Reina..."

domingo, 16 de enero de 2011

Cartas a otros / Verano

Verano

En la ciudad se visten de triste calor los colores.
Esta tarde es una nueva tarde más, enraizada en el cemento de la enorme y gris ciudad.
Los pájaros cantan muriendo mientras hierve su sangre,
y la hierba, ya hembra, languidece por los rayos de su ansiado sol.
Yo me oculto como siempre, de mi y de los mios que andan por ahi,
a taconazos con la risa, ebrios de realidades de algodón.
Huele a despertar otro día sin nombre,
me encargo de ser amable,
de sonreir en la calle, de ser como los caribian brasileros,
que  me enseñaron "sin problemas" y "tudo bem",
pero me canso...
y mi risa a las 12 se cae
y el ceño fruncido explota en arrugas y arrugas
que me dan de la realidad
la pequeña parte que queda la orilla del plato que devolví cuando nadie miró...
Nadie miró la amarga bienvenida colándose en mis poros,
nadie escuchó las percusiones taladrando mi sien,
ni yo que estaba tan cerca de mí
que casi alcanzaba a oler que algo familiar nos unía, a mí y  a mi misma...
En la ciudad se encapsulan todos los mitos,
los gritos
y la sangre que cae en todo momento,
frente a este vaso de frío de real cerveza,
nadie dice salud,
la casa es grande y está llena de fantasmales risas ebrias que desparecen al entrar por la puerta.
Un niño crece como gota de algodón allá lejos en el sur,
unos gigantes aplastan dignidades y chilenos,
y en mi ventana
entra la brisa inexistente,
y yo
creo verme en el espejo
que se deshace sin mirar...

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