El orden de la memoria varía bajo la magnética consecuencia del desencuentro.
Lima sus puñales sobre mi espalda
y me confunde en su ir y venir.
Sacude los suburvios reviviendo mis llamas
y se acopla perfecto en el tiempo sin fin.
He estado urdiendo el punto cruz del tiempo
pisando copa a copa la huída infernal.
He ido rescatando poco a poco los colores
de las flores que regaste fuera de la catedral.
El orden de la memoria varía y se aleja como se le da la gana,
y explota en mis ojos
ciegos de sí mismos
llenos de lágrimas.